martes, 14 de febrero de 2017

Historias de Barrios. Población Pedro Montt y Otros barrios.

Sábado 2 de Febrero de 2013.
 Publicado en Emol.

 
Viaje al Santiago industrial.

A principios del siglo XX, la ex maestranza de San Bernardo, la desaparecida fábrica de textiles de los hermanos Yarur y el matadero de Santiago fueron rodeados por un particular complejo de viviendas: los llamados barrios obreros. 

Distintos a los conventillos y con evidentes mejoras en la calidad de vida, ésta es la exitosa unión entre trabajo y vida de hogar, al alero de pujantes polos comerciales. 

Texto, Jimmy Gavilán Y. | Fotografías, Macarena Pérez 

 Antes de que Juan Yarur Lolas muriera en 1954, el pasaje que va desde la calle San Dionisio, por el norte, hasta Pedro Montt, por el sur, ya tenía una señalética con su nombre. Por lo que el homenaje fue en vida. La población obrera Juan Yarur, en cierta medida, le pertenecía.



Radicalmente opuesta a su entorno, tanto por el contraste del color blanco como por lo breve de su extensión y su peculiar arquitectura, en ella habitó sólo una parte de los 5 mil trabajadores de la extinta empresa Yarur Manufacturas Chilenas del Algodón, pues el inmigrante palestino levantó las viviendas diez años después de pedir las primeras casas a la Caja de Seguros del Estado, una práctica habitual en la época y que replicó Famae, y el empresariado del agua potable, entre otras.

¿Qué razones tenían todos? El interés de adecuar habitacionalmente las cercanías de sus fábricas para los trabajadores. El surgimiento del barrio obrero acompañó al crecimiento de una ciudad que se industrializaba a inicios del siglo XX, en pos de verdaderos universos autónomos. De la mano de la máquina a vapor y del ferrocarril, la dispersa manufactura nacional comenzó a congregarse en polos comerciales geográficamente localizados.




La investigación de Marcela Pizzi, profesora del Instituto de Historia y Patrimonio de la U. de Chile, en su libro "El Patrimonio arquitectónico en torno al ex FF.CC. de Circunvalación de Santiago", retrata cómo el patrimonio industrial modificó el paisaje, y menciona además a otros barrios como el Conjunto Obrero Parque Centenario, las poblaciones Arauco, Pedro Montt y León XII. Sin dejar de lado San Eugenio 1, 2 y 3. Un buen patrónEl barrio San Vicente, las chimeneas de la Central de Leche y la Fábrica de Sal aparecen desde la azotea del condominio Hermanos Carrera, o también llamado San Eugenio 3 por la cercanía con la maestranza de dicho nombre. También se ve el perfil de Machasa-Yarur, donde hoy se construye un canal de televisión. Sin embargo, pareciera que el nombre "Yarur" es mucho más preponderante que la maestranza en sí misma, o por lo menos lo es en la práctica, lo cual provocó que muchos barrios se confundiesen bajo el nombre de quien llegó de Palestina en 1914.






Para Alejandro Quiroz, estampador, el detonante de la quiebra de Yarur fue la importación. Recuerda que fabricar algodón se convirtió en un problema y que los precios no eran comparables ni con la ropa usada ni con las materias primas que llegaban de Brasil o Perú. Aún vive en la población Yarur, desde su construcción, cuando las vacas paseaban por la acera y los antejardines y las puertas de estilo inglés daban un grato recibimiento a los visitantes. Construida entre 1943 y 1950, acogió cerca de 3 mil familias de lo que fue la empresa textil más moderna de Sudamérica.

Los trabajadores podían arrendar las casas a un precio más bajo y se libraban del pago de la locomoción, del desayuno, la once, el almuerzo y la cena, ya que se servían en el casino de la fábrica.




Quiroz se casó y crió a sus hijos ahí, y llegó a trabajar hasta por doce horas para estampar los trajes militares de la Armada en medio de los conflictos limítrofes con Perú y Bolivia. Cuando Juan Yarur murió y lo enterraron en el Cementerio General, él seguía siendo un trabajador activo. La fábrica cerró algunos días, una situación extraña para un negocio que sólo paraba en Navidad y Año Nuevo, además de celebrar el día de San Juan, patrono del empresario que fue -según Quiroz- un buen patrón.

La mayoría de los vecinos nunca quiso partir de ahí, y muchos se casaron entre ellos, cerca de la Penitenciaria de Santiago, del Estadio Militar, rodeado por una zona de jardines y juegos por la calle Pedro Montt.

Cristián Salazar, investigador urbano (urbatorium.blogspot.com), define al fenómeno bajo la lógica de las salitreras, aunque no copiándolas, sino que respondiendo a un mismo interés, que era acercar a los trabajadores en una especie de campamentos alrededor de la planta industrial: "Trataban de hacer barrios obreros que fueran autosuficientes, en lo que más se pudiese, en sus accesos con el resto de la ciudad, entretenciones, plazas centrales y en educación". 


La vida del campo.



Inolvidables son, para Nora Enríquez Soto, las fiestas primaverales de la población ferroviaria de San Bernardo o las inauguraciones de las locomotoras, que llevaban las placas del presidente de turno: Gabriel González Videla, Pedro Aguirre Cerda o Carlos Ibáñez del Campo. Nacida el año 1926 en la misma casa que habita hoy, el patio corresponde a más del doble del terreno que ocupa la edificación y que se descontaba por planilla a los trabajadores de la maestranza que venían desde Concepción a Santiago. Cada 17 de septiembre, ella entraba junto a los familiares de los obreros a los distintos talleres donde producían desde ruedas hasta calderos. Allí, se premiaba al taller mejor presentado con un reloj o un terno para los funcionarios, e incentivaban al trabajador que no faltaba nunca, al que tenía buena conducta y al mejor trabajador.

Todo terminó con el cierre.Situada entre Nogales y Maestranza, de norte a sur; y Portales hasta J. Pérez, de cordillera a costa; la primera población ferroviaria de San Bernardo acogía sólo a obreros del FF.CC. y tenía una quinta de recreo, una iglesia, un desaparecido colegio y una acequia de riego que cruzaba todo el área.

Nora vive en 1° de mayo. Allí pololeó, a los 16 años, con Mario Orellana, quien luego se fue a la marina, se casó con otra mujer, tuvo hijas, enviudó y regresó. Hace 20 años volvieron. Hace 10 viven juntos y hace poco se casaron. Dice que las casas siguen siendo las mismas, algunas renovadas, pero ninguna venida a bajo. Su predio cuenta con una gruta, un horno de barrio, un escenario, una carreta, habitaciones, sala de estar y cocina.-Era lindo. Todos para el 18 íbamos a la maestranza, como teníamos cooperativas, ¡quién iba más elegante! Corrían carreras y encumbraban volantines. Era lindo, muy lindo, tuve una juventud muy relinda. Cuando entró el Pinochet, se terminó todo eso -recuerda Nora. Uno en alzaA pesar de que Fernando Barrios, integrante del grupo de cueca brava La Gallera, ensaya en la punta de diamantes de las calles Biobío con Los Algarrobos, jamás ha tenido problemas con los vecinos por el ruido, considerando a los más antiguos habitantes de un barrio modelo que incluye hoy visitas patrimoniales por sus calles. Se trata de Huemul, construido para el bienestar de los operarios del matadero y Franklin.




Barrios está comenzando con un centro cultural al frente del Teatro Huemul, y cuya fachada e interiores son uno de los bienes materiales de esta Zona Típica que reúne a jóvenes y donde los niños aún juega en la plaza.

Dos poblaciones se extienden en el barrio Franklin y colindan la una con la otra: la Población Huemul 1, de 1911 levantada por la Caja de Habitación Obrera, y a cargo del arquitecto Ricardo Larraín Bravo; y la población Huemul 2, de 1943, de la Caja de Habitación Popular y a cargo del arquitecto Julio Cordero. 



Aunque ambas fueron viviendas de un piso, sólo una celebra una buena salud patrimonial -la más antigua-, ya que los galpones de las ex fábricas convertidos ahora en mercados de muebles, se tomaron Huemul 2.Proyectada para los obreros por la elite de 1910, fueron hechas con materiales ingleses en un tiempo histórico de revueltas sociales, huelgas y matanzas. En el documental "Historia de barrio", de Rodrigo Lepe, el historiador Fernando Ramírez señala que el barrio surgió como una alternativa barata para los obreros y que buscaba resolver la cuestión social, pues su estructura  de parque era una realidad opuesta a los ambientes cerrados y de poca luz de los conventillos y los cité, los que acumulaban malos olores y eran propicios para las enfermedades.

Imposible es poner un límite estricto si se considera que gran parte de la vida de Yarur o de San Eugenio, por ejemplo, transcurría en el Club Hípico y en el ex Parque Cousiño, o que no faltaba el romance de barrio con barrio. Posible es dar coordenadas de un proceso industrial que cambió el paisaje cultural, económico y urbano de Santiago. Barrios obreros que Santiago vio nacer y que crecieron bajo la promesa de las -aparentemente- sólidas fortalezas industriales.


 Fotografías. 1) Edicio de la Población Arauco. 2) Calle Las Fuxias (calle 4), fotografía de sur a norte, cuadra del 2100. 3) Edificios departamentos Población Yarur, ubicados en calle Club Hípico con Pedro Montt. 4) Personal de Manufacturas Yarur S.A. en festividades internas. 5) Teatro Huemul dentro de la población del mismo nombre, Barrio Franklín. 6) Población Huemul.

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